Lectura crítica de los embeddings desde Walter Benjamin
I. Introducción: Lectura crítica en la época de su reproductibilidad algorítmica
Este ensayo forma parte de una serie de investigaciones que examinan el impacto de las tecnologías de inteligencia artificial en nuestra comprensión del lenguaje. En trabajos anteriores se articularon críticas desde Gadamer, Wittgenstein, Nietzsche y Heidegger, con el fin de problematizar la idea de que los embeddings ofrecen una forma neutra y objetiva de comprensión textual. En esta entrega, proponemos un análisis desde la perspectiva de Walter Benjamin, cuya reflexión sobre la reproductibilidad técnica, el relato, la historia y la alegoría, permite abrir nuevas vías críticas sobre el uso de algoritmos en el tratamiento del lenguaje.
La hipótesis central es que los embeddings transforman el lenguaje en un objeto reproducible, informatizado y fragmentado, alterando su relación con la experiencia, la historia y la singularidad textual. Benjamin no es un pensador tecnofóbico, pero sí profundamente consciente del poder de la técnica para reconfigurar nuestras formas de ver, recordar y comprender. Leído desde el presente, su obra ofrece claves para una hermenéutica crítica en tiempos de procesamiento algorítmico.
II. El aura textual y su disolución vectorial
En “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, Benjamin introduce el concepto de aura: la singularidad irrepetible de una obra, su “aquí y ahora” ligado a la tradición y al ritual. El aura no es un atributo esencial del objeto, sino una forma de experiencia que se genera en la relación entre sujeto, obra y contexto. En el caso de los textos, el aura se manifiesta en la condición material del manuscrito o de la edición original, en su inscripción en una cadena de transmisiones interpretativas, y en la densidad histórica que rodea cada lectura singular.
Cuando el texto se convierte en dato digital o, más radicalmente, en vector de alta dimensionalidad, su “aura” se disuelve. Esta transformación no es solamente una pérdida de materialidad, sino una mutación en la relación entre lenguaje y mundo. Los embeddings procesan el texto fuera de su situación: no distinguen entre un poema y un título legal, entre una declaración política y una definición enciclopédica.
Al cuantificar la coocurrencia de palabras en grandes corpus, reducen el texto a regularidades descontextualizadas, ignorando el espesor ritual y hermenéutico de la enunciación.
En este sentido, el procesamiento algorítmico no solo reproduce el texto, sino que lo reconfigura como entidad repetible, sin singularidad ni acontecimiento. El encuentro con el texto deja de ser una experiencia situada y se vuelve un punto de acceso funcional en una red de correlaciones. Aunque este tipo de desocultamiento tiene valor analítico, también amenaza con eclipsar formas de lectura más lentas, encarnadas y atentas al espesor histórico del lenguaje. La exhibición se impone sobre la tradición; la multiplicación, sobre la irrepetibilidad; el vector, sobre el aura.
III. Del relato a la información: el vacío de la experiencia
En “El narrador”, Benjamin distingue entre Erfahrung (experiencia acumulada, transmitida) y Erlebnis (vivencia fragmentaria, efímera). La Erfahrung no es simplemente la suma de experiencias individuales, sino una forma de conocimiento encarnado que se transmite oralmente o textualmente en forma de relatos significativos. El relato tradicional encarna esta Erfahrung: es una narración que ha sido elaborada a lo largo del tiempo, tejida con la historia, el conflicto, la sabiduría popular y la vida de la comunidad. En cambio, la Erlebnis se vincula con lo instantáneo, con el dato que impacta pero no transforma, con la información que se consume sin dejar huella.
Los embeddings, como tecnología del lenguaje, intensifican esta lógica de la Erlebnis. Producen una gran cantidad de “información” sobre el lenguaje: proximidades semánticas, clústeres, correlaciones. Sin embargo, esta información, desprovista de arraigo narrativo o contexto vital, rara vez se transforma en Erfahrung. El dato sustituye al relato; la estadística, a la interpretación.
Esta transformación tiene consecuencias metodológicas importantes para la hermenéutica y la filología. Mientras que la Erfahrung exige tiempo, habitación del texto, escucha de su resonancia histórica, los embeddings invitan a una relación instrumental y acelerada con el lenguaje. El filólogo, tradicionalmente formado en una relación lenta y situada con el texto, se ve desplazado por una figura que consulta modelos, no tradiciones. La lectura deja de ser acontecimiento interpretativo para convertirse en visualización de patrones.
En consecuencia, el conocimiento pierde su espesor. Lo que antes era experiencia hermenéutica se convierte en output algorítmico. La sabiduría del relato se sustituye por la disponibilidad de la información. El desafío crítico, entonces, es recuperar el tiempo de la Erfahrung en medio de un entorno cada vez más dominado por la lógica de la Erlebnis digital.
IV. Flâneurs digitales y alegoristas vectoriales
Benjamin concibió al flâneur como lector errante de la ciudad moderna, atento a sus signos, a sus ruinas, a sus shocks. En paralelo, revalorizó la alegoría como forma de interpretar la historia desde sus fragmentos. El investigador digital que navega corpus vectorizados se asemeja al flâneur algorítmico: deambula entre tokens y distancias semánticas, encontrando conexiones inesperadas, constelaciones provisionales.
Esta forma de lectura no es sintética ni totalizadora; es fragmentaria, sintomática. Los embeddings permiten una lectura alegórica del lenguaje, no porque revelen un sentido oculto, sino porque exponen los residuos de su historia. Cada vector es un fragmento cargado de pasado, un trapo semántico que, como el chiffonnier benjaminiano, el crítico puede recoger, reagrupar y hacer hablar.
El chiffonnier (trapero), figura central en las reflexiones benjaminianas sobre la modernidad, no es simplemente un recolector de desperdicios, sino un lector melancólico del mundo. Recoge lo desechado, lo que ya no tiene valor de uso aparente, y en ese acto traza una crítica silenciosa a la cultura de consumo. El humanista digital que trabaja con embeddings puede adoptar una posición análoga: entre la abundancia de datos procesados, identifica lo residual, lo disonante, lo no legible inmediatamente.
En lugar de buscar coherencia o consenso, se detiene en los desechos algorítmicos del lenguaje para leerlos como síntomas de una historia no lineal. En este gesto hay una dimensión metodológica y política. Se trata de intervenir en el flujo automático del dato, de suspender su inercia funcional para provocar una interrogación crítica. Leer como chiffonnier es resistir a la transparencia total del modelo y habitar la opacidad de los fragmentos. Es una forma de redimir el lenguaje como lugar de memoria, no solo como recurso para el cálculo.
V. Historia a contrapelo: constelaciones y Jetztzeit
En sus “Tesis sobre la filosofía de la historia”, Benjamin denuncia el historicismo que narra la historia desde los vencedores y propone una “historia a contrapelo”, en la que el pasado puede relampaguear en un “ahora-tiempo” (Jetztzeit). Este concepto sugiere que ciertos momentos del presente pueden activar una conexión disruptiva con el pasado, haciendo emerger un sentido no lineal, inesperado, incluso redentor. La Jetztzeit no es una mera coincidencia cronológica: es una constelación dialéctica, un instante cargado de tensión histórica.
Aplicado a los embeddings, esto implica una tensión profunda: si se entrenan en corpus dominados por discursos hegemónicos, estos modelos tienden a reproducir la historia de los vencedores, ocultando las rupturas, disonancias o formas marginales del lenguaje. Sin embargo, una lectura crítica y sintomática de estos espacios vectoriales puede construir constelaciones semánticas que iluminen los intersticios del discurso dominante.
Al rastrear asociaciones inusuales, tensiones internas o vectores anómalos, es posible activar un Jetztzeit algorítmico: un momento de interrupción del continuum estadístico que permita pensar el pasado desde un presente cargado de urgencia.
¿Puede una lectura algorítmica generar una imagen dialéctica? Solo si no se limita a confirmar lo sabido, sino que se abre a lo inesperado, a lo que irrumpe en el modelo como resto o disonancia. La constelación no es un agrupamiento automático, sino una forma de leer críticamente la proximidad, de reorganizar los fragmentos en función de una tensión que desestabiliza el sentido.
Así, los embeddings pueden, bajo ciertas condiciones hermenéuticas, participar en una forma benjaminiana de lectura: no como vehículos de empatía superficial, sino como campos de choque donde el pasado silenciado puede relampaguear y constelar con el presente.
VI. Conclusión: Lectura alegórica, redención técnica y vigilancia crítica
Los embeddings y los modelos de lenguaje de gran escala no son simples instrumentos técnicos. Constituyen una nueva forma de racionalidad que, como advirtió Benjamin, tiende a reconfigurar nuestra relación con el mundo, con la historia y con el lenguaje. Desde su perspectiva, la técnica no es una herramienta neutra, sino un medio de configuración de la experiencia, y por tanto de la política. Toda técnica construye un modo de ver, de leer, de recordar. Los embeddings construyen un lenguaje sin aura, un texto sin tiempo, una palabra sin cuerpo.
En este sentido, el desafío para el pensamiento crítico no es tecnológico, sino ontológico. La pregunta no es solo qué hacen los algoritmos con las palabras, sino qué hacen con nuestro modo de habitar el lenguaje.
¿Estamos leyendo aún desde la experiencia (Erfahrung) o hemos sucumbido a la vivencia instantánea del dato (Erlebnis)? ¿Somos aún capaces de relatar, o solo de producir información? ¿Dónde queda el espesor del pasado cuando el lenguaje se mide en distancias geométricas?
Benjamin nos ofrece una vía de resistencia: la lectura alegórica, la historia a contrapelo, la constelación dialéctica. El humanista que trabaja con tecnología no debe renunciar a la crítica. Como el chiffonnier, debe rescatar los restos del lenguaje procesado, no para celebrarlos, sino para interrogarlos. No basta con mostrar correlaciones: es preciso interrumpirlas, devolverles su historia, hacerlas hablar desde lo que ocultan.
La vigilancia crítica es, entonces, una tarea filosófica urgente. No se trata de impugnar la técnica, sino de evitar que se absolutice. De impedir que se convierta en ideología. El algoritmo no debe reemplazar al lector, ni el modelo al intérprete. Entre los residuos vectoriales, todavía relampaguea el pasado: una imagen dialéctica que nos convoca a leer más allá del dato, a recordar que toda palabra es también una herida, una promesa y una memoria.
VII. Epílogo: preguntas para una hermenéutica algorítmica crítica
Mientras las tecnologías de lenguaje avanzan con una velocidad sin precedentes, conviene recordar que toda herramienta de lectura es también una forma de olvido. Si algo nos enseña Walter Benjamin es que la crítica no consiste en rechazar la modernidad técnica, sino en leerla con los ojos bien abiertos, como quien busca sentido entre ruinas, como quien escucha una voz interrumpida.
Los embeddings abren nuevas posibilidades para interrogar el lenguaje, pero también imponen nuevas condiciones de visibilidad y olvido. Frente a este doble filo, la hermenéutica no debe ceder al entusiasmo ni a la melancolía, sino insistir en el gesto de interrumpir, preguntar y constelar.
Porque leer no es simplemente acceder a lo que está disponible, sino crear un lugar de resonancia entre lo dicho y lo silenciado. Y en ese cruce, la filosofía tiene aún mucho que hacer: evitar que la técnica se absolutice, defender el espesor del sentido, y recordar que todo vector es también un resto, un fragmento en espera de ser reactivado.
- ¿Qué tradiciones lingüísticas quedan fuera de los corpus que entrenan los embeddings?
- ¿Puede una asociación semántica inesperada provocar un shock que interrumpa el sentido común?
- ¿Qué se gana y qué se pierde al traducir palabras a vectores?
- ¿Existe un valor de culto en el texto digitalizado, o solo un valor de uso algorítmico?
- ¿Puede la melancolía del filólogo digital ser una fuerza crítico-política?
- ¿Qué tensiones históricas pueden revelarse en las constelaciones semánticas generadas por IA?
- ¿Estamos asistiendo al fin de la experiencia interpretativa en favor del dato instantáneo?
- ¿Cómo evitar que los embeddings se conviertan en una fantasmagoría tecnológica que oculte el conflicto bajo cálculo?
Sigamos reflexionando sobre estos dilemas de la IA.
Gracias por leerme.